EL DESAFÍO PERONISTA

Hoy vemos con mucha satisfacción como la política vuelve a ser un tema de conversación entre los jóvenes, compartimos vivencias y sueños que tienen como base el proyecto latinoamericano y popular que se inicio con Néstor y hoy continua con Cristina Fernández, sabemos que no alcanza con acompañar y remarcar los logros obtenidos por este gobierno y desde ya analizamos y discutimos el futuro de nuestro movimiento.
El peronismo es nuestro indiscutible marco, marco que tratándose del peronismo siempre es capaz de amoldarse para cabalgar en el caballo de la historia, esta flexibilidad ideológica de nuestro movimiento es la que nos lleva a construir “nuestro” peronismo y a no ceder el espacio de este colectivo popular a intereses que poco tienen que ver con la felicidad del pueblo y la consolidación de la patria grande.
Por eso a la hora de plantearnos las estrategias para construir una fuerza capaz de convencer y enamorar, que signifique la superación de la política por la política, nos replanteamos el rol de la militancia, el perfil del caudillo peronista, el significado de la comunidad organizada, y sobre todas estas cosas buscamos incansablemente “LA RAZON DE SER”.
A partir de la acción se construye la historia, con clave existencialista podemos afirmar que la existencia precede a la esencia, subidos a esos rieles filosóficos sabemos que no solo somos responsables de nosotros mismos, o mejor porque somos responsables de nosotros mismos somos también responsables del otro, así, planteado de un modo egoísta tal vez, hacemos política por que queremos sentirnos bien, y para eso es necesario también que este bien el otro.

Al rellenar ese gran marco que es el peronismo sin Perón, lo hacemos en base a nuestras convicciones, y sin querer menospreciar el aporte que significa la doctrina la historia e incluso el mismo Perón, escalamos sobre toda carga histórica para poder construir quizás desde la irreverencia lo que queremos para el futuro de nuestra patria.
Visualizando el enemigo podemos afirmar que Menen, Duhalde, De Narváez, Macri, Felipe Sola, Romero, Saa,etc, son solo los representantes de nuestro enemigo, nuestro enemigo no es un nombre ni un partido (¿ qué sería del peronismo si el radicalismo?), nuestro enemigo es el imperio, y ojo que no hablo del imperialismo yanqui o europeo, no el imperio es transnacional, el imperio es supranacional, el imperio es el nuevo orden político de la globalización, es el que marca el paso de todos los gobiernos neoliberales, el imperio es el que escribe y dicta las reglas del juego, el imperio es el que aferrándose al positivismo jurídico usa la herramienta de la ley para romper con su sentido original.
Lamentablemente cargaron con la bandera de nuestro movimiento títeres del neoliberalismo, trágicamente el pueblo confundió su destino votando en las urnas por su propia destrucción, en los 90 las cosas no estaban tan claras, hoy mirar para otro lado es ser cómplice del robo.
El legado de esos años sigue vigente en parte de nuestra dirigencia, esa lógica de la oferta y la demanda es la que prima en la forma de hacer política, la practica clientelar que está relacionada con el sentido natural de supervivencia tiene que ser desterrada en un futuro próximo si queremos de verdad la liberación, el territorialismo punteril es nuestro enemigo ya que es el que alimenta las urnas de codicia y donde existe una necesidad, ve un negocio o un voto que para ellos es decir lo mismo.
Si ya se, ¿estamos lejos no?, no importa vamos hacia allá, qué sentido tiene la construcción de poder si no es para que ese poder permita desarrollar en el hombre o la mujer la conciencia de ser el protagonista de la historia.
El gobierno actual con todos sus desaciertos, está generando los cimientos para la revolución política, que los niños puedan estudiar y alimentarse, que la educación y el desarrollo social sean prioritarios para esta gestión, como así también la redistribución de la renta, nos permite pensar que en 10 años, la gente ya no votara por necesidad de bolsón o un plan, la gente votara por ideas, por sueños, por modelos de país.
No estamos inventando nada con el justicialismo libertario, solo estamos expropiando de la historia y del imaginario colectivo cosas que ya existían, cosas que se quiera o no existirán SIEMPRE, ¿cómo que no puede ser? YA ESTA SIENDO, cargamos sobre la espalda el desafío peronista.

NINJA NEGRO
PERONISTA Y LIBERTARIO