- “Claro, en la película Avatar cuando comienza, los soldados dicen que la ultima invasión la habían hecho en Venezuela” dice Carlos, y a uno le viene a la mente Rambo un superhéroe yanki matando a los “terroristas” talibanes, o cualquier otro ejemplo de como Hollywood pretende imponer un mensaje afín a los propósitos del imperio. Habíamos llegado ese día a Caracas y ya compartíamos con hermanos venezolanos visiones sobre los destinos de nuestro continente.
En el norte de nuestra patria grande se encuentra una tierra bendecida por la naturaleza con un clima tropical, una diversidad vegetal, animal y mineral protegida por sus habitantes. A través de las montañas, playas, barrios y ciudades de la República Bolivariana de Venezuela se advierte el mensaje, las ideas del libertador florecen en cada pared, hablan de educación, cultura, revolución y América Latina Libre. Y siguen floreciendo en cada biblioteca que visito, cada persona con la que hablo, universidades bolivarianas, misiones de vivienda, salud, alimentación, etc.
Me hablan de un país en el que históricamente se vieron reflejados los intereses de las clases dominantes, los medios de comunicación privados y las potencias extranjeras. Pero me encuentro en un país distinto, claro, Chavez fué electo presidente en 1999 y aunque en 2002 se intentó frenar la Revolución Bolivariana, ese golpe fracasó por que ahora en Venezuela es el pueblo quien tiene el poder.
Por eso no basta con el esfuerzo de Hollywood, y el empeño de los medios en calificar la revolución Bolivariana como “dictadura chavista”, menos aún cuando es tan fácil ver que detrás de los bombardeos que sufren los pueblos Árabes está el negocio del petróleo del cual Estados Unidos es el mayor consumidor y Venezuela posee las mayores reservas.
Por los paisanos que llegaron un día allá hablando del gobierno burgués, represor y reformista de Cristina e idealizando la revolución Chavista pudimos revelar que aún existe esa “visión enceguecedora” (oxímoron) de plantearse los problemas en base a análisis puntuales que intentan explicar lo nuevo con viejas categorías(Revolución vs. Reformismo). Lejos de tener en cuenta el contexto histórico al que pertenecemos y las variables geográficas, sociales, culturales de cada país. Esta actitud de amoldarse a un único mecanismo de lograr el cambio como un niño que fuerza una pieza prismática a entrar en el orificio triangular, no nos molesta. Solo que estamos aprendiendo a producir por que reproducir es negar la particularidad propia del lugar que nos toca.
Esto no es una anécdota de un viaje, sino el testimonio de la integración, algo que fue y será necesario, así como hace dos siglos, y hace cinco tambien, el presente nos une para construir ese proyecto común, la unión de la Patria Grande y la liberación de nuestros pueblos.
PD: gracias por recibirnos con los brazos abiertos y por compartir con nosotros visiones y reflexiones sobre nuestra tierra - Gregorio, Omar, Doña Olga, la gente del Ateneo Popular, “la casa” y Guerrilla Comunicacional Maracay.
Tupac