domingo, 17 de julio de 2011

Sobre el 9 de Julio

Sobre el 9 de Julio




A las 8 de la mañana en la casa de Morgana se llegaban los compas. ”¿Vos dormiste?” ,”No”, ”¿Saliste de joda?”, ”No, la emoción no me dejo dormir” se repitió el mismo esquema en la gran mayoría de las conversaciones. A medida que se escurría la mañana nos pusimos en marcha para el hipodromo, al llegar en la mañana fresquita no se podía ver a mucha gente, aun así se empezaban a ver los típicos desfiles de gorras, carteles, afiches y banderas con el nombre de los candidatos.

Llegamos y estaba un tercio lleno de todo el espacio a cubrir, grandes columnas y banderas cuando entro La Campora, también entraron con unos trapos impresionantes los compañeros de la JP Descamisados. Al ver como copaban el campo cerca del palco donde iba a hablar nuestra conductora, nos decidimos a ir para allá. Cuando encontramos nuestro lugar y desplegamos nuestras banderas y, por sobre todo, nuestra flamante bandera gigante con un hermoso, chillón y glorioso verde manzana que se hizo sentir ante las cámaras y las filmaciones haciendo contraste con las otras agrupaciones; y a fuerza de cantos y huevo esperamos al momento en el que llego la presidenta.

Hubo cosas interesantes, como ser la observación de toda la cantidad de gente que, a pesar de haber sido arriada, cantaba con pasión y energías por la re-elección de la presidenta; no confiaban en quienes los habían llevado, pero si confiaban en Cristina, llevaban a cuestas gorras, banderas, carteles, etc. pero tenían un sentimiento genuino de apasionamiento por este proceso de transformación que se produce en Argentina y que esta empalmado, engarzado, complementado con el proceso de fortalecimiento que se da en Latinoamérica en general.

Fue increíble también como al solo ruego de la presidenta de enrollar las banderas, todas y cada una lo hicieron, cosa que no había sucedido cuando se lo pedía de muchas partes y diferentes personas; es inevitable, no nos sentimos interpelados más que por la presidenta, ella nos toca y nos mueve el corazón y el aliento, con su fuerza y su pasión que están volcados sobre este proyecto. La sentimos nuestra así como ella siente que es de nosotros. En todo el discurso que nos dio nos incentivó hacia el cambio y como el cambio se puede lograr con una sola pieza ,el eje motor vital: la voluntad. Férrea voluntad, eso es todo y es TODO. Fuerza, vigor y pasión para producir y profundizar los cambios conseguidos.

Hablo Cristina y en el momento en que dejo de hablar los intereses de todos se apagaron, ya había hablado, no fue una pretensión de poca sinceridad sino el acto más sincero: queríamos que hablara ella, no nos interesaba nada mas, a todos los que estábamos ahí.

Al final nos quedamos hasta que nos corrieron siendo los últimos en salir: somos una plaga.

Una plaga libertaria.

Ignacio Pereyra

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